Poggioreale, donde la tradición y las técnicas ancestrales se encuentran con el sabor

En el corazón del Valle del Belice, Poggioreale representa un raro ejemplo de comunidad que ha sabido preservar y transmitir su identidad incluso después de acontecimientos traumáticos como el terremoto de 1968. En las calles del nuevo centro, la tradición enogastronómica de Poggioreale sigue viva gracias a recetas antiguas, técnicas artesanales transmitidas de generación en generación y un fuerte vínculo con el territorio.

Aquí se pueden degustar platos y dulces típicos de las festividades, pero también especialidades de la Sicilia occidental disponibles durante todo el año, expresiones auténticas de la cultura local.

El Valle del Belice, un cofre de excelencia gastronómica

Todo el Valle del Belice es una de las zonas más ricas de Sicilia por la calidad de su producción agrícola y artesanal. Cuatro son los Presidios Slow Food de la zona:

• la alcachofa espinosa de Menfi, con sus espinas doradas,

• la fresita de Sciacca y Ribera,

• el famoso pan negro de Castelvetrano, elaborado con antiguos granos como la Timilia,

• la vastedda del Belice, el único queso de oveja de pasta hilada de Italia.

A estos se suman otros productos emblemáticos del territorio, como la aceituna Nocellara del Belice, de la que se obtiene un aceite de oliva virgen extra con denominaciones DOP e IGP, y el aromático pane cunzato, enriquecido con aceite nuevo, quesos locales e ingredientes de temporada.

Las numerosas explotaciones agrícolas de la zona, rodeadas de viñedos y olivares, configuran un paisaje productivo donde destacan vinos con denominación de origen como Menfi, Salaparuta, Santa Margherita di Belice, Sambuca di Sicilia y Marsala. Un patrimonio vitivinícola que convierte al Valle del Belice en una de las zonas más prometedoras de Sicilia para la enología.

Poggioreale y sus sabores: entre tradición y creatividad

La reina de la gastronomía de Poggioreale es sin duda la ‘nfigghiulata, un pan enrollado rústico elaborado con masa de pan y relleno de salchicha local, queso pecorino siciliano, cebolla, pimienta y aceite de oliva virgen extra. Este producto típico, compartido también con Salaparuta y Gibellina, es fruto de una tradición casera centenaria que aún pervive en las panaderías locales.

Pero en Poggioreale también la repostería tradicional cuenta la historia del pueblo:

• las cuppitedda, obleas rellenas de ricotta,

• las cassatedde hojaldradas, con masa quebrada y relleno de ricotta o crema,

• los morettini o li cosi nivuri, galletas oscuras con interior suave y aroma a canela.

Lo Squartucciato: arte barroco en forma de pan

Símbolo indiscutible de la tradición culinaria local es el squartucciato, una verdadera obra de arte que une fe, artesanía y gastronomía. Se trata de una masa decorada, rellena de higos triturados y finamente recortada para representar elementos iconográficos sagrados: corazones, ostensorios, peces, cruces, pavos reales y jarras.

El mérito de su conservación se debe a mujeres del lugar como la señora Nellina, que guarda sus secretos y los transmite mediante cursos y demostraciones. El squartucciato también es protagonista de los altares de San José, verdaderas obras efímeras de devoción, junto al cucciddata, un pan decorado que puede superar los 8 kg.

Un viaje entre sabores y estaciones

Visitar Poggioreale significa sumergirse en un calendario enogastronómico vivo, hecho de cultivos, vendimias, molturaciones de aceite, fiestas religiosas y celebraciones familiares. El momento más emotivo es la festividad de San José, a mediados de marzo, cuando los sabores se entrelazan con los símbolos, las formas y las emociones de la cultura campesina.

Cada estación ofrece una experiencia distinta para saborear: desde la vendimia hasta el aceite nuevo, desde las preparaciones navideñas hasta los rituales de primavera. Recorrer Poggioreale y todo el Valle del Belice revela así un profundo vínculo entre la comida, el paisaje y la identidad.

Consejos para la visita

🍽 Este itinerario puede disfrutarse en cualquier época del año, pero cobra especial riqueza durante las festividades locales, como la de San José.