Petralia Soprana

Detalle

El aire está enrarecido, los balcones están en flor y se ha hecho el silencio. Petralia Soprana está lista para revelar toda su belleza.

Una sorpresa nos espera a cada paso: una bífora en el Palacio Averna aquí y un pequeño patio con un banco antiguo y una orza con jazmines trepadores allá.

Las casas y la historia de la gente que las habita reflejan la vida este pueblo.

Los historiadores creen que Petralia Soprana en la provincia de Palermo podría ser la heredera de la antigua Petra, fundada por los sicanos de Madonia.

Conquistada por los árabes, recibió el nombre de Batraliah por Batra, «pietra» y liah, «alta».

Los normandos la rebautizaron como Petra Heliae (piedra de Elías) en honor al profeta.

Estás en el corazón de Madonia en un balcón natural. Puedes admirar elEtna en toda su magnificencia.

Pero vayamos por orden.

Existen tres miradores: el de Loreto, u castru, que mira alEtna, Enna, Caltanissetta y el valle del río Imera, el del Carmine, o Carmini, que muestra la Sicilia occidental en dirección a Palermo, y por último, el de piazza Duomo, en dirección este hacia Gangi, abrazando el Etna al fondo.

Junto a u castru se abre la parte más alta del pueblo, probable sede de la fortificación sicana y posteriormente romana llamada Piazza Loreto. En Piazza Loreto se puede admirar la fachada simétrica y las agujas de mayólica de la iglesia de Santa Maria di Loreto, añadida al santuario más famoso de Santa Maria di Loreto «nelle Marche», reconstruida con formas de estilo tardobarroco y planta de cruz griega. En su interior destacan el espléndido altar de mármol del siglo XVI llamado «cona», obra de Giandomenico Gagini y que representa cuatro episodios de la vida de Jesús, las esculturas de madera del siglo XVII de San Cosme y Damián y dos estatuas de santos atribuidas a Filippo Quattrocchi de Gangi.

Desde Piazza San Michele, que cuenta con una fuente circular en el centro y recibe su nombre la iglesia del siglo XVII dedicada el santo, se llega a Piazza del Popolo. Aquí encontramos el Palazzo Municipale (Casa Consistorial), un antiguo convento carmelita y los dos Palacios Pottino de los Marqueses de Eschifaldo. Uno de ellos, de titularidad pública, acoge exposiciones temporales y el magnífico belén o Presepe d’Incanto en Navidad. El otro, propiedad de los herederos Pottino, incluye un piso noble con magníficos salones del siglo XIX que pueden visitarse como casa museo. Aquí se exhibe el mobiliario de la época, incluido el servicio de mesa que utilizaba el Príncipe Umberto II de Piamonte.

Si continuamos por Via Generale Medici, llegamos a una pequeña plaza dedicada al Fray Capuchino Humilde Pintorno de Petralia, autor de 33 crucifijos tallados en madera dispersos por el sur de Italia y el extranjero. Inició su actividad como escultor en 1623, año de la epidemia de peste negra en Sicilia.

En la contigua piazzetta Ruggero VII se encuentra el Oratorio de las Almas Purgantes (Oratori delle Anime Purganti) con un enorme campanario «a vela». Cerca del oratorio, en Piazza dei Quattro Cannoli, se encuentra la fuente barroca de mármol de Billiemi, la única fuente de agua disponible en el pueblo hasta el siglo XVIII.

En Piazza Duomo se encuentra el teatro arquitectónico con vistas a la iglesia Madre, (chiesa Madre) dedicada a los apóstoles Pedro y Pablo: una columnata y dos campanarios, uno de época normanda con ventana de estilo árabe y otro del siglo XVIII. En la fachada, el portón de entrada de madera presenta paneles tallados de estilo gótico-catalán. En el interior, doce pilares que representan a los Apóstoles sustentan las tres naves. En la nave derecha podemos admirar el cuadro del Descendimiento de Cristo de la cruz, atribuido a José de Ribera apodado «Lo Spagnoletto» (El Españolito), la Madona entre los ángeles de Gaspare Vazzano, apodado Lo zoppo di Gangi (El cojo de Gangi) y el primer crucifijo realizado por Fray Humilde de Petralia (1623) que ya presenta todas las características de su estilo, como por ejemplo, la grandeza natural del Cristo y el extremo realismo de los rasgos y gestos.

Continuamos nuestro trayecto y llegamos a la iglesia del Salvador (chiesa del Salvatore): la única en Madonia con planta elíptica que, según algunos, corresponde a la de la mezquita sobre la que los normandos reconstruyeron y consagraron el edificio cristiano. La iglesia fue ampliada en la segunda mitad del siglo XVIII y en la actualidad conserva interesantes pinturas y esculturas, incluida la estatua de San José , obra del escultor Filippo Quattrocchi.

En el lado opuesto de la normanda Porta Seriy, la última que queda de las seis entradas antiguas al pueblo, encontramos la iglesia de San Teodoro. Aunque la configuración actual del edificio data de 1759, el campanario es fruto de la transformación de uno de los torreones de las antiguas murallas medievales que rodeaban el centro histórico. Su interior alberga un interesante sarcófago medieval.

No muy lejos del centro se encuentra el Convento de los Frailes Menores Reformados, erigido con la iglesia contigua en el año 1611 por voluntad de unas damas nobles. Aquí pasó los primeros años del noviciado Fray Humilde de Petralia. La magnífica fachada de la iglesia con sus ornamentos florales y bajorrelieves recuerda al exuberante decorativismo español del estilo churrigueresco.

Muy cerca, Villa Sgadari del siglo XVIII es una de las villas barrocas más bellas de Madonia. Este edificio alberga en su interior una exposición detíteres y marionetas sicilianas.

Paseando por el pueblo, podemos admirar otros edificios de prestigio, como por ejemplo, el Palazzo Pottino Marchesi di Irosa o el Palazzo Vigneri en Piazza Quattro Cannoli, y el Palazzo Sabatini-Salvia enPiazza San Michele.

Todo el pueblo se caracteriza por una sucesión de callejones rodeados por las típicas casas adosadas y en torre, como por ejemplo, la casa de Vittorio Cerami, el pintor de Petralia, quien sobrevivió a la batalla naval de Cabo Matapan durante la Segunda Guerra Mundial. La casa todavía conserva los dibujos y cartas que escribió desde el frente de guerra.

Cerca de la aldea de Raffo existe una gran mina de sal de roca que todavía sigue produciendo la famosa «sal de Sicilia». En su interior podemos visitar el Museo de la Sal, que alberga una colección de esculturas realizadas por artistas de todo el mundo.

A poca distancia del centro histórico, en el barrio homónimo, se encuentra la iglesia de la Trinidad (chiesa della Trinità) que alberga una pila bautismal del siglo XVIII.

En el pueblo se elabora un pan de sémola molida de trigo duro de excelente calidad. Todavía perduran los hornos de leña donde se cuecen las hogazas de pan fermentado con criscenti, la masa madre elaborada en casa. Aquí también encontrarás infinidad de productos lácteos como la provola, un queso de leche de vaca con pasta hilada, o el queso de cabra elaborado mediante fermentación láctica al estilo francés o con leche cruda de diferentes curados.

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LOCALIZACIÓN

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