Los Presìdi Slow Food en Sicilia

Sicilia es una isla que encanta. Lo hace con sus paisajes variados, con su historia viva en cada rincón, y con sus sabores inconfundibles.
Sicilia es, sin duda, una tierra que también habla a través del gusto. Entre el mar, las montañas y las colinas, cada producto cuenta una historia. Gracias a la Fundación Slow Food para la Biodiversidad, muchas de estas historias siguen vivas, protegidas y valoradas por los Presìdi Slow Food, que preservan variedades agrícolas, razas autóctonas y técnicas artesanales en riesgo.

En Sicilia hay más de 50 Presìdi activos: un mosaico de identidades locales y productos únicos, fruto de una relación profunda entre comunidad, medioambiente y cultura.

Un valioso patrimonio de biodiversidad agrícola, saberes ancestrales y vínculos auténticos con la tierra.

Entre las hortalizas más emblemáticas destaca el Ajo rojo de Nubia, cultivado entre Trapani y Paceco, con bulbos fragantes e intensos. La Cebolla de Giarratana, dulce y monumental, evoca los huertos del altiplano ibleo, mientras que el Tomate siccagno del valle del Bilìci, cultivado sin riego, guarda el calor del sol siciliano.

El corazón montañoso de la isla resguarda quesos de antigua tradición: la Vastedda del valle del Belìce DOP, único queso ovino de pasta hilada en Italia, y la Provola de las Madonie, elegante en sabor, aún elaborada a mano. Junto a ellos, el Pecorino siciliano de leche cruda revive la memoria de los pastores y sus rebaños.

En frutos secos, Sicilia es reina. El Pistacho de Bronte, llamado “oro verde”, crece en las laderas del Etna, mientras que la Almendra de Noto perfuma los dulces barrocos del sureste. La Fresita de Sciacca y Ribera sorprende con su perfume embriagador.

También el mar aporta protagonistas: la Tonnina de Favignana, herencia de las antiguas almadrabas; la Colatura de anchoas de Sciacca, condimento delicado; y la Sal marina artesanal de Trapani, recogida a mano.

Y entre los guardianes silenciosos de la biodiversidad está la Abeja negra siciliana: dócil, resistente y productora de miel pura, símbolo del equilibrio entre naturaleza y humanidad.

Cada Presidio cuenta una historia de territorio, esfuerzo y pasión. Recorrer sus lugares es descubrir la Sicilia profunda, donde el sabor se convierte en cultura.