Savoca

Estos paneles artísticos, creados por Salvatore y Giuseppe Zona, enmarcan los puntos de recepción municipales, donde los visitantes pueden comprar productos artesanales y recibir información.

Son muchos los turistas que no pueden resistirse al atractivo de los lugares donde el joven Micheal Corleone fue interpretado por un inolvidable Al Pacino. La primera parada del recorrido cinematográfico es el Palacio Trimarchi, del siglo XVIII, que aún conserva el rótulo del famoso Bar Vitelli. Alberga un museo donde se pueden observar muchos objetos antiguos. Aquí también podemos admirar el mural bizantino que representa a San Juan Crisóstomo, el padre de la Iglesia cristiana de Oriente.

Entre las calles de los siete barrios del casco antiguo se alternan edificios medievales y renacentistas, edificios barrocos, construcciones rurales de principios del siglo XX. Las ruinas del Castillo Real de Pentefur, que perteneció a los legendarios fundadores de Savoca, se levantan sobre una fortificación preexistente cuyos orígenes aún están rodeados de misterio. Junto con los restos de las murallas que rodeaban el pueblo de Savoca, construidas por los normandos, y la antigua Porta della Città (un arco apuntado de piedra local), son los preciosos testimonios de la época medieval.

En el corazón del pueblo, destacan inmediatamente el antiguo Ayuntamiento y el Palacio de los Archimandritas.

La visita continúa en la iglesia de San Nicolò, escenario del rodaje de las escenas de la boda de Miguel y Apolonia. De gran tamaño y con tres naves, se asienta sobre un espolón rocoso, austero y que se extiende en el vacío ilimitado que se abre al valle. 

Solo los más valientes encontrarán una emocionante visita a la cripta de la Iglesia del Convento de los Capuchinos. Fue aquí donde los frailes capuchinos llevaron a cabo la momificación de miembros de la rica y poderosa aristocracia de Savoca. El proceso de momificación duró sesenta días. La fase de secado natural tuvo lugar en el putridarium de la Iglesia Madre de Santa María in Cielo Assunta mediante un juego de corrientes de aire. Una vez completado el proceso, la momia fue elegantemente vestida y trasladada a la cripta de los capuchinos. Desde Ercole Patti hasta Leonardo Sciascia, son muchos los intelectuales y escritores que quedaron fascinados por este sitio.

Pero el Convento es, ante todo, un destino para quienes buscan la paz y la tranquilidad siguiendo el Camino Franciscano en Sicilia. Eche también un vistazo a la Via dei Frati. Ahora es el momento de probar las delicias locales. Tagliatelle de pasta fresca hecha a mano, condimentada con hinojo silvestre y ragú de cerdo o, alternativamente, maccarruna, pasta fresca de macarrones con cortezas de cerdo en invierno y berenjenas en verano.

En la cocina, la influencia de Messina es muy fuerte: forman parte de la tradición u piscistoccu a’ ghiotta, u pani cunzatu, una cuzzola, una pasta fresca con un proceso de fermentación natural, frita en aceite de oliva y asada al carbón. No se pierda un granita ca’ zzuccarata, un clásico granizado de limón siciliano servido con zzuccarata, una galleta local muy crujiente cubierta con semillas de sésamo.