Ispica

Dettaglio

Preciosa joya en la provincia de Ragusa, enclavada en una naturaleza de indomable belleza. Ispica irradia el espacio que lo rodea con su personalidad descaradamente barroca, con su estro estilo liberty y el encanto antiguo del Parco Forza.

Para captar la esencia de esta ciudad debemos contemplar todas sus almas: la del barroco tardío de las iglesias espléndidas, la del liberty de los palacios magníficos, la arqueológica de los sitios de Kamarina y Cava de Ispica, del cual el Parco Forza representa la salida más meridional.

Nuestro punto inicial es la Plaza Santa Maria Maggiore, donde visitamos la basílica homónima. En su interior se encuentra el Cristo alla Colonna( Cristo flagelado en la columna), el simulacro más querido por los ciudadanos de Ispica, llevado en procesión el Jueves Santo.

El elegante Pórtico del Sinatra semicircular es un raro ejemplo de esta estructura en boga entre los siglos XVII y XVIII, generalmente hecho de madera para albergar ferias con motivo de las fiestas religiosas. Pero este lugar tiene un aire familiar, ¿dónde lo hemos ya visto? ¡Por supuesto! Este es uno de los sets del Comisario Montalbano! Sigamos el itinerario dedicado a la exitosa serie de televisión.

Pasemos a la cercana Plaza Regina Margherita, donde una imponente escalera anticipa la Iglesia de San Bartolomeo. Observando la fachada de la Iglesia Madre notamos elementos del barroco tardío perfectamente armonizados con el estilo neoclásico.

Paseando por las calles de Ispica nos damos cuenta que muchos de los edificios que embellecen el centro están decorados con elementos exquisitamente liberty. Caminamos entre estos edificios sobrios pero enriquecidos por deliciosos detalles escultóricos, que revelan la habilidad magistral de maestros de obras y canteros. Entre estos edificios destaca en Corso Umberto I, el Palacio Bruno de Belmonte, el edificio Art Nouveau más importante de toda la provincia de Ragusa.

El edificio lleva la firma de Ernesto Basile, arquitecto de Palermo entre los más importantes de Europa, de los cuales Villa Igiea, el Teatro Massimo de Palermo, el Sagrario del Llanto  Romano en Calatafimi-Segesta, son solo algunos de los ejemplos que dan testimonio de su genialidad. El edificio, sede del Municipio, destaca por el carisma de un castillo gótico, pero las decoraciones liberty animan y aligeran la estructura.

Continuamos el paseo y llegamos a la Iglesia de la Santisima Annunziata, que cierra escénicamente la plaza antistante del mismo nombre. La fachada original debió ser similar a la de la Catedral de Noto, mas durante la reconstrucción las limitaciones económicas  obligaron a replegarse en una arquitectura más sencilla. Coronada por una gran cúpula, los estucos son los elementos más interesantes del interior de la iglesia. A su izquierda se alza el campanario.

Otro interesante edificio Art Nouveau es el ecléctico Palacio Bruno, que se diferencia por los elementos arquitectónicos de la tradición clasicista. La torre del mirador, que une muchas de las villas de Iblea, ofrece una magnífica vista de la Plaza Unidad de Italia.

Alejándonos del centro, por Via Massimo D’Azeglio llegamos al Convento de los Frailes Menores Santa Maria del Gesù, asentado sobre una roca y que se caracteriza por su sencillez. Desde este balcón natural se divisa la parte baja de la ciudad y, a lo lejos, el mar.

Para conocer la historia más antigua de la ciudad, brutalmente interrumpida por el devastador terremoto, debemos dirigirnos al noreste. Aquí se levanta el Parco Forza (de Fortilitium, utilizado para indicar la fortificación que protegía el territorio de Ispica), incorporado al área arqueológica mayor de Camarina y Cava de Ispica (descubre el itinerario).

Camuflado por la vegetación se oculta el antiguo Spaccaforno, un asentamiento que data de la Edad del Bronce. A lo largo de las paredes del desfiladero, notamos los agujeros en las viviendas de la cueva y las tumbas excavadas en la roca.

Imperdible es la Cueva de Centoscale: en realidad son doscientos ochenta escalones tallados en la roca que conectan el fondo del valle con la parte superior del espolón rocoso.

Las ruinas de la Iglesia de la Annunziata y las huellas del Palacio Marchionale dan testimonio de la antigua Ispica, arrasada por el terremoto de Val di Noto.

En la iglesia rupestre de Santa Maria de la Cava todavía son visibles restos de algunos frescos, mientras que la Cueva de la Curtiduría se caracteriza por una serie de tinas utilizadas para el procesamiento de cueros.

El pasado vuelve con fuerza para emocionar y enriquecer el presente, especialmente en el periodo navideño cuando el Parque de la Forza se convierte en el escenario natural del famoso Pesebre Viviente de Ispica. La escenografía al aire libre convierte el Pesebre en uno de los más característicos de la Sicilia.

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