Las Salinas de Marsala

Dettaglio

Si solo se necesita unas pocas horas para descubrir el centro histórico de Marsala,  el visitar las Salinas lleva mucho más tiempo pues parte de este emocionante recorrido incluye un paseo en barco para saborear la belleza de la Reserva Natural del Stagnone con sus islas.

Con el paso de los años se ha consolidado un turismo educativo en torno a las salinas que fascina no solo a los niños. De hecho, en las Salinas Ettore e Infersa es posible conocer de cerca el espectacular proceso de extracción manual del sal de alta calidad, la cual  cuenta con la etiqueta IGP, y conocer aùn más sobre la historia de la salicultura en Sicilia.

¡La travesía desde la playa de San Teodoro hasta Isola Lunga es una experiencia que hay que vivir absolutamente! La isla abraza la laguna de Stagnone y la separa del mar abierto. El fondo marino permanece bajo por cientos de metros. En la isla se encuentran las antiguas marismas que aún están activas, donde el agua se vuelve color rosa.

La salina de Genna es la más antigua, la única donde los «trabajadores de la sal» todavía recogen la sal sin medios mecánicos.

Paseando por las tinas, justo frente a la isla de Mothia, te cautiverán las tonalidades particulares del agua. El juego de colores que alterna entre el rosa de las aguas muy saladas, el blanco de las salinas y el azul verdoso del Mediterráneo, es una alegría para el corazón.

Parece que, según muchos, aquí se puede contemplar la puesta de sol más bonita del mundo.

Los molinos de viento enmarcan un paisaje cuanto menos surreal, formado por cuencas, canales, montículos y montones de sal los cuales le dan a la laguna un encanto atemporal.

El arte de una tradición centenaria se funde a la perfección con las expectativas del visitante moderno que busca no sólo el enriquecimiento cultural, sino también el puro bienestar psicofísico. Sicilia es un inmenso SPA al aire libre, y el baño de sal en las aguas del Stagnone es una experiencia que no se debe perder.

Los amantes del deporte no podrán resistir a la tentación de «deslizarse» sobre la laguna mientras practican kitesurf o admirarla paseando en bicicleta por la famosa Via del sal, puerta de entrada a la Reserva, siguiendo el itinerario que nos invita a descubrir las Salinas de Sicilia occidental.

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