Historias de hombres, nuevas perspectivas, voces y manos que se enlazan para crear lugares representativos de una Sicilia que resurge de sus cenizas. 

Descubra la Sicilia que no se rinde.

La Sicilia que no se rinde al olvido, construye los lugares de la memoria. En el Ecomuseo de Palermo se cultiva la responsabilidad social compartida, la atención al territorio de forma participativa y el turismo comunitario. Se planean iniciativas culturales, turísticas y educativas. Gibellina, por ejemplo, fue destruida por una naturaleza despiadada. Hoy su existencia resuena en la obra del renacimiento: el Cretto de Burri.

Hay una parte de Sicilia que no se rinde ante la marginación y la despoblación. Florinda y Antonio en Favara han hecho florecer el Parque Cultural de la Granja, uno de los centros culturales más fervientes del mundo, en la grisura de un barrio destinado a la decadencia. Con Fiumara d’Arte, Antonio Presti ha consagrado el poder salvífico de la belleza, creando uno de los mayores y más sugestivos parques de land art de Europa. 

Los habitantes del pequeño y pintoresco Borgo Parrini, transformado en una de las atracciones más sugestivas de toda la isla, son un ejemplo virtuoso de regeneración urbana.

Hay otra parte de Sicilia que no se rinde al destino y persigue sus sueños hasta alcanzar las estrellas. Un ejemplo es el pastor poeta Lorenzo Reina, que moldeó el Teatro Andrómeda de Santo Stefano Quisquina con sus propias manos.

Una parte de Sicilia que hay que contar es la que no se rinde a la mafia. Con infinita gratitud por los hombres que dieron su vida para protegerla, mantiene vivo su recuerdo y educa a las nuevas generaciones para que luchen con mensajes de paz.

Descubra las bellas historias que tiene Sicilia para contar. Prepárese para un viaje emocionante que enriquecerá su alma: ¡en eso consiste el turismo responsable!